Coaching y Embarazo
Ya ha pasado algo más de un año desde que he sido por primera vez mamá. Hubiera querido hacer este post hace unos meses, pero si normalmente para mí la vida en los últimos años ha tenido un ritmo frenético, estos meses han sido de circuito de carreras.
La maternidad está siendo una de esas experiencias que te abren la cabeza como un melón y te la llenan de una nueva perspectiva. Te sientes muy feliz, enamorada, con un amor diferente y único, pero también cansada, agobiada a veces, redescubres la palabra “paciencia”, tus límites. Hay millones de aciertos, pero también hay muchos fallos. Sufres por fallar y luego te permites fallar porque sólo eres un ser humano que está aprendiendo qué significa esto de cuidar de otro ser humano vulnerable y dependiente, …
¿Por qué embarazo y coaching? En estos casos en los que aparentemente no hay conexión entre 2 cosas, mi abuelo Ventura decía: “¿Qué tiene que ver el tocino con la velocidad?” Pues bien, lo que quiero traer a este post son los aprendizajes y técnicas que se trabajan desde el coaching y que para mí han sido claves en uno de los momentos más delicados del proceso del embarazo, el parto.
El parto es ese momento que para una mujer primeriza tiene ese halo de incertidumbre, de miedo a lo que sucederá, al dolor que podré llegar a experimentar, donde te asaltan preguntas del tipo: ¿saldrá todo bien?, ¿lo haré bien? Y para una mujer que ya ha pasado esta situación, le vendrán a la cabeza las vivencias ocurridas en el parto anterior, lo que le gustaría que sucediera de otra forma, revivirá los momentos de felicidad, de dolor, los miedos, …
Prepararte durante todo el embarazo es preparar el momento del parto y en definitiva, preparar la maternidad. Entonces, desde el coaching, ¿qué cosas nos facilitan esta transición?
Tener un plan de acción: Preparar la cuna, la ropa, las cosas de aseo, … Esta preparación te sitúa mentalmente en otro plano. Es un dar la bienvenida al bebé, pero también es una preparación personal profunda que nos va ayudar a situarnos en un nuevo rol individual. Tanto individual como de pareja, es importante trabajar la corresponsabilidad desde estos momentos.
Visita al paritorio (presencial o virtual): Esta visita al hospital y al paritorio nos ayudará a anticipar cómo será el lugar en el que daremos a luz y a posicionarnos en ese lugar. Posteriormente, trabajar con esta imagen en casa, será muy importante para visualizarnos en todo lo que puede ocurrir en esa situación. El trabajo de visualizaciones es fundamental en el coaching, nos sitúa anticipadamente en realidades que nos van a suceder, o que son ficticias, para poder transitarlas y “hacer un entrenamiento” sobre cómo actuaré en esa situación, en ese lugar. Esta anticipación reduce el estrés que podamos sentir más adelante en la situación real y nos ayuda a ser más competentes. Os animo a que entrenéis la práctica de las visualizaciones.
Cuidado del cuerpo y mente, a través de una alimentación sana, de realizar ejercicios prescritos para mujeres gestantes. En mi forma de entender el coaching pongo el acento en la indivisible conexión que hay entre el cuerpo y la mente. Nuestra posición corporal incide directamente en nuestro estado de ánimo. Haz un ejercicio, encorva tu espalda, levántate y camina. ¿Qué sientes desde esta posición corporal? Ahora modifica tu espalda, estira tu columna como si una cuerda tirase de ella hacia arriba, saca pecho y camina. ¿Qué sensaciones hay desde esta otra postura? Mientras que la primera postura te conecta con un bajo estado de ánimo, con la sensación de que la vida pesa demasiado, que no la controlo, por eso me encorvo, me hago pequeño/a; la segunda te lleva a sentimientos positivos y a una visión del mundo desde el empoderamiento. Por esto es tan importante ser consciente de la completa conexión cuerpo-mente, y más en estos momentos en los que hay que trabajar en tener una cuerpo fuerte que pueda afrontar el momento del parto con el mejor rendimiento y el menor sufrimiento. Además, quiero poner el foco en una frase que me dijeron al poco de dar a luz: “Mamá feliz, bebé feliz.” Hay que ser consciente de que nuestro yo incide en el/la bebé, ¡qué bueno sería transmitirle calma!, ¿verdad?
La concentración, el ser consciente del aquí y ahora, es otro de los grandes aprendizajes del coaching. En mi caso, fue fundamental en el momento del parto contar con mi música, la que yo había usado previamente en casa para trabajar la relajación, la concentración, así como el trabajo de “anclajes”. ¿Qué son los “anclajes”? A través de un proceso de acompañamiento conducido por el coach, la persona llega en su mente a una visión que conecta con una sensación buscada de positividad, de tranquilidad. Haber realizado este trabajo previo y tener en nuestra “maleta emocional” anclajes a los que recurrir en caso de necesitarlos, es una maravilla. Con esto se logra reducir los niveles de estrés en muchas situaciones. Para mí, este trabajo de anclajes fue fundamental en el momento de la epidural, cuando me retorcía de dolor y tenía que estar muy quieta y en una postura concreta.
Podría extenderme mucho más porque han sido muchísimos los beneficios del coaching para el embarazo y parto, pero quienes me leéis, sabéis que no es mi intención el hacer estos post demasiado extensos. Si queréis más información u os surge alguna duda, por favor, contactad conmigo.
Un abrazo y todo mi cariño a las Madres, sois grandes, ¡que no se os olvide!
Por Marta Ibáñez Cruz